Lima. “En los dos primeros años de gestión, ningún alcalde casi hizo algo relevante”, señaló David Rivera, director de la publicación, al noticiero “Abre los Ojos”, donde remarcó que el aprista Jorge del Castillo quedó como el menos productivo.
Por su parte, el analista Fernando Tuesta Soldevilla indicó que no se puede comparar un año con cuatro años o con ocho y recordó que en otros países se exige a los promotores de una revocatoria a demostrar claramente la supuesta incapacidad.
Jorge del Castillo (1987-1989) solo rehabilitó la avenida Huaylas y construyó los corredores viales de las avenidasBrasil y Alfonso Ugarte. Se le cuestiona no erradicar la basura de la ciudad, no expulsar a los ambulantes del Centro de Lima y mantener un sistema de transporte obsoleto.
Por su parte, a Ricardo Belmont (1990-1995) se le recuerda por la construcción del Trébol de la avenida Javier Prado, la avenida Universitaria y otros cinco intercambios viales. Terminó denunciado por estafa e irregularidades en el Vaso de Leche.
En tanto, Alberto Andrade (1996-2002) tuvo que enfrentarse a la oposición del fujimorismo. En sus primeros dos años solo construyó el intercambio vial del Puente Quiñones y erradicó a los ambulantes del Centro de Lima.
En sus dos primeros años Luis Castañeda Lossio (2003-2010) solo construyó el Parque de la Muralla, amplió la avenida Canadá y remodeló la Alameda Las Malvinas. Su principal pasivo fue la denuncia por el caso Comunicore, empresa fantasma que recibió S/. 35 millones del municipio capitalino.
A diferencia de sus predecesores, que realizaron obras mientras armaban sus proyectos más grandes, Susana Villarán (2011) no llegó a hacerlo o lo hizo mal, por lo que rápidamente enfrentó las críticas de los perdedores.
Ya aprobadas están las Nuevas Vías de Lima por US$ 600 millones; la ampliación de la Vía Expresa hacia la Panamericana Sur, por US$ 200 millones y Vía Parque Rímac por US$ 700 millones.
En cola vienen la ampliación de la Vía Expresa de Javier Prado hasta La Marina por US$ 800 millones, que está asignada a Graña y Montero por un juicio que le ganó a la alcaldía luego de que Alberto Andrade se echara para atrás en el proyecto y que Castañeda no se atreviese a anunciarlo por temor a mermar su popularidad por el cobro de peajes; y el túnel San Francisco por US$ 200 millones.
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