Una noche, mientras conversaba con mi Padre Celestial, senti un fuerte deseo de dejarle saber cuanto lo amaba, pero no encontraba la manera de hacerlo porque no importaba cuantas palabras le decia, sentia que no era suficiente.
Queria tocarlo, queria literalmente abrazarlo. Busque toda forma de hacerlo, pero la necesidad persistia, no se como explicarte, pero era como un deseo que nacia desde mi interior, una necesidad de amarlo con todas mis fuerzas. Le pregunte al Señor, ¿dime Padre mio, como puedo tocarte? Como Padre mio, dime, porque ningun libro de teologia me lo ha podido enseñar, ensañame tu, tu que todo lo sabes, enseñame a amarte.
Que momento tan especial para mi vida fue el de esa noche. Con momentos asi no importa cuantas veces el hombre se levante en mi contra o cuantas palabras salgan de bocas extrañas hiriendo mis sentimientos, momentos como el que vive aquella noche me llenan para poder bendecir aun al que se atreve a maldecirme.
EL ES QUIEN PERDONA TODAS TUS INIQUIDADES, EL QUE SANA TODAS TUS DOLENCIAS; (Salmo 103:3)
Una pregunta que continuamente me hacia era el por que Jesus al resucitar y recibir su cuerpo glorificado todavia seguia teniendo las marcas de la crucifixion.
Y HAY CUERPOS CELESTIALES, Y CUERPOS TERRENALES; PERO UNA ES LA GLORIA DE LOS CELESTIALES, Y OTRA LA DE LOS TERRENALES. (I Corintios 15:40)
El cuerpo carnal es hecho aqui en la tierra, pero el nuevo cuerpo que recibiremos despues de la resurreccion sera hecho en el cielo.
Y mi pregunta era como si el nuevo cuerpo de Jesus vino directamente del cielo, su cuerpo carnal fue transformado como sera el cuerpo de los que esten vivos cuando suceda el arrebatamiento de la iglesia, como es posible que todavia su nuevo cuerpo, su cuerpo celestial, tenga esas horribles marcas. Encontre la respuesta a mi pregunta en los siguientes versiculos:
POR ESO ME AMA EL PADRE, PORQUE YO PONGO MI VIDA, PARA VOLVERLA A TOMAR. (Juan 10:17)
MAS EL HERIDO FUE POR NUESTRAS REBELIONES, MOLIDO POR NUESTROS PECADOS; EL CASTIGO DE NUESTRA PAZ FUE SOBRE EL, Y POR SU LLAGA FUIMOS NOSOTROS CURADOS. (Isaias 53:5)
Las heridas de Jesus tienen tanta profundidad que no solo traspasaron su cuerpo sino que traspasaron al mismo universo, heridas que desde la tierra llegaron hasta el cielo, y no solo hasta el cielo, sino que una vez en el cielo llegaron hasta el corazon de Dios. Por ese motivo, ya no hay pecado que nos aparte del amor de Dios, porque por medio de la llaga del Hijo, llegamos al amor del Padre. Aleluya!!!
Hay cristianos que estan lejos de Dios por culpa del pecado que ha entrado en sus vidas. Pecados que aveces tratan de excusar, o de ignorar. Pero que como una mala enfermedad va cada dia haciendose mas insoportable. Hoy yo te invito a que le creas al Señor, que no le pongas limite hasta donde el perdon de Dios puede llegar en tu vida.
El sentimiento de culpabilidad te aleja de Dios, eso fue lo que sucedio con Judas, se sintio culpable y el diablo lo llevo al suicidio. Pero la conviccion de pecado te acerca a Jesus, la conviccion de pecado no es un sentimiento de culpa sino de reconocimiento, cuando aceptamos con arrepentimiento nuestra falta, nuestro pecado. Es ese momento donde se acaban las excusas, donde vienes a sus pies y con toda honestidad pides su perdon. Tu puedes ser libre en este mismo instante en el poderoso nombre de Jesus. Siente como tu mente recibe la libertad, como tu corazon siente el alivio de un gran peso removido. Aun cuando pareciera imposible, aun cuando tu no veas como, Cristo tiene tanto alcanze que su llaga hasta el dia de hoy une a la tierra con el cielo, te une a ti con el Padre!
Solo atrevete a poner tu carga a sus pies, atrevete a creer hasta donde te puede alcanzar su perdon!
SI DECIMOS QUE NO TENEMOS PECADO, NOS ENGAÑAMOS A NOSOTROS MISMOS, Y LA VERDAD NO ESTÁ EN NOSOTROS. SI CONFESAMOS NUESTROS PECADOS, ÉL ES FIEL Y JUSTO PARA PERDONAR NUESTROS PECADOS, Y LIMPIARNOS DE TODA MALDAD. (1 Juan 1:8-9)
Mientras continuaba orando, senti como el Espiritu de Dios me llevaba a mi interior, como me permitia que yo reconociera sin fingimientos, sin palabras disfrazadas, quien era yo. Y asi, pude derramar mi alma a sus pies, sin guardar nada, reconociendolo todo, aceptandolo todo, sin excusas, sin mentiras, sin tratar de impresionar a Dios o persuadirlo. Mientras esto sucedia, senti algo que nunca habia sentido, senti unos brazos que me envolvian, pero unos brazos que no tenian final, que no dejaban espacios vacios. Yo no lo estaba abrazando a el, sino el me estaba abrazando a mi, pero la necesidad de amarlo se calmaba, sentia como el recibia mi amor, mi calor, pero mis fuerzas ya no eran mias, sino el se convirtio literalmente en mis fuerzas.
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