Con estas palabras, comienza el video en el cual Samira Ibrahim Mohamed, 25 años, nativa de Sohag, ejecutiva de marketing, relata la terrible experiencia que vivió cuando fue sometida al test de virginidad por parte del ejército, de manera pública y violenta.
Los comienzos de Samira en la política fueron en la escuela,a los 15 años, cuando escribió una composición sobre las masacres realizadas por Israel y la nula acción de la milicia árabe al respecto y fue interrogada por la policia al respecto. Con el estallido de la Revolución Egipcia en el mes de enero, se dirigió, como muchos ciudadanos egipcios, a la plaza Tahrir para involucrarse con el movimiento. Fue arrestada el 26 de ese mes y llevada a El Ghamar El Ahmad para ser liberada al día siguiente.
Los hechos que relata Samira ocurrieron el 9 de marzo, cuando fue detenida nuevamente y llevada al Museo del Cairo. Su testimonio es impactante porque no se puede comprender tanto afán por denigrar, violentar y humillar. Sin embargo, la fortaleza, valentía y decisión de Samira para compartir su historia y mantener su demanda de justicia, es una prueba irrefutable de la capacidad del ser humano de levantarse en pro de altos ideales, los más importantes, Dignidad y Libertad, atributos con los cuales nacemos y que no podemos permitir sigan siendo atropellados en las mil formas que la opresión tiene para violar los Derechos Humanos.
Su Detención
“Allí me recibió un oficial que yo no conocía, que me dijo -¡Hola Samira! ¡Estaba esperándote!- lo primero que hizo fue electrocutarme el estómago. Un militar de aspecto decente dijo – conozco a estas chicas, déjelas volver a casa- pero un General, llamado Said Abbass se rehusó y dijo que nos había sacado de un burdel. Lo primero que hizo fue arrojarnos agua y electrocutarnos, mientras nos insultaba de la manera más vulgar; imagínate alguien escupiendo sobre ti, diciendo insultos, golpeándote en la cara con su zapato.
Trataban de que nos arrepintiéramos por el 25 de enero, por comenzar la revolución. Nos llevaron en buses a este lugar, llamado C-28 , pensé que nos interrogarian y luego nos enviarían a casa ¿Qué podrian querer de nosotros? no habíamos hecho nada…
Fui detenida a las 3 de la tarde; alrededor de las 10 de la noche , nos trasladaron en buses, con las manos atadas, fuimos golpeadas y arrastradas, se comportaron como matones, le rompieron la ropa a una chica , todo mi cuerpo estaba marcado por los choques eléctricos.En el C-28 nos pusieron en fila; tenían botellas vacías que parecían bombas molotovs y nos sacaron fotos cerca de esos elementos, como si las mujeres fuésemos prostitutas y los chicos delicuentes, y las chicas rameras y criminales al mismo tiempo, ya que según ellos nos habían sacado de un burdel, imagina la escena! Al día siguiente nos pusieron en un bus, y nos gritaban – ¡Ustedes han arruinado el país! ¿Qué es lo que quieren del país? Nos tomaron en turnos de 4 soldados para pegarnos durante toda la noche.Para cuando salí de ahi estaba destrozada física, sicológica y emocionalmente…”
Samira Ibrahim fue luego llevada al Haikstep, la prisión militar, donde a todos los detenidos les fueron requisadas sus pertenencias personales, incluidas joyas, teléfonos celulares, entre otras. Allí, ella vió una foto reciente de Mobarak colgada en la pared.
“Ver la foto fue devastadora, en ese lugar, donde nadie podía vernos ni oírnos. Pregunté – Disculpe señor ¿Porqué está esa foto ahi?- él me respondió maldiciéndome y dijo -”Aunque no te guste, ¡es nuestro presidente! ¡no es tu problema!”
La Revisión y el Test de Virginidad
“Nos dijeron que iban a revisarnos. Preguntaron si estábamos heridos. Yo dije que sí, producto de los golpes y cachetadas. Nos tomaron uno por uno, hasta que fue mi turno. Pasé a una habitación con ventanas grandes; la puerta estaba abierta y los soldados podían ver lo que ocurría dentro. Una mujer estaba conmigo, y pensé que ella iba a revisarme, así como lo hacen en los aeropuertos, sabes, que te tocan por encima . Pero ella me dijo que me sacara la ropa, toda la ropa. Le pedí que cerrara la puerta por favor; me dijo que no, y alguien entró y me golpeó. Asi que tuve que desnudarme con la puerta abierta y los soldados mirando y haciendo bromas sobre lo que harían conmigo, diciendo entre risas para qué me usarían, entraban y salían para mirarme… ese día de verdad me quise morir.
Nos llevaron afuera y nos dividieron en dos grupos. Cada grupo fue llevado a una celda… nos humillaron… nos humillaron entiendes? queríamos morir . Sentí envidia de los que habían muerto ¿Porqué yo no podía morir también? Al rato vino un oficial de nombre Ibrahim que me electrocutó sólo por pedir que cerraran la ventana . Fueron a la celda y nos comenzaron a insultar, como compitiendo quien hacía el daño más grande. Luego vino el Jefe de la Prisión y pidió separar a las “mujeres” de las “chicas” . Fui al lado de las chicas y él nos dijo que quería ver si éramos prostitutas. El ya había decidido levantarnos cargos por desórdenes y prostitución.
Tomó a las chicas una por una, yo no dije nada, no me opuse, no hablé. Entonces la mujer dijo -acuéstate que el señor te va a examinar- El “señor” estaba en uniforme militar. Me sacó la ropa interior, me hizo levantar las piernas y yo preguntaba ¿Un hombre va a examinarme? estaba desnuda, era como un espectáculo, había gente mirando, todos esos oficiales y soldados. Le pedí a la mujer que hubiese menos gente presente, pero el hombre me electrocutó en el estómago y me insultaron mucho… me rendí.
Si ese hombre era un doctor ¿Porqué me revisó 5 minutos? fue sólo para humillarnos, para quebrarnos, así no preguntas sobre los derechos humanos en Egipto, así no te levantas contra la opresión…Le pregunté a la mujer si al menos podía cubrirme la cara y ella se negó, ves el grado de humillación,como te denigran, como te quiebran. Después del examen, me pidió que firmara una declaración de que yo era virgen. Entonces, ¿Soy afortunada de no estar casada?¿Me hubieran levantado cargos por prostitución? Siguiendo esa lógica, de haber estado casada o divorciada me habrían fichado como prostituta ¡Ellos no tienen derecho a hacer eso!
Firmé, y nos devolvieron a la celda. Estaba shockeada, jamás imaginé que podían hacer algo así. Ellos tenian fuerzas especiales actuando sobre nosotros. La gente que vuelve a casa en silencio, es por lo que han visto; ahora de ellos me espero todo.”
Samira fue formalizada por los siguientes cargos:Intento de asalto a oficial militar en servicio, Posesión de 10 cóctel molotov,posesión de arma cortante,quiebre del toque de queda, a pesar de que estaba arrestada; obstrucción del tráfico, a pesar de que el tráfico estaba fluyendo normal cuando fue arrestada; destrucción de la vía pública, destrucción de vehículos privados. Como si todo esto fuera poco, el papel de la justicia fue débil e indeferente en el tratamiento de su caso.
“El Fiscal no me defendió, más bien tenía una actitud hostil hacia mi. No me preguntó que me había pasado. Cuando me leyeron los cargos yo dije que todo eso no era cierto. El vio que me electrocutaron, vio que me insultaron… nunca esperé esto de ellos. Esperé que el Fiscal me diera mis derechos, pero él fue igual que ellos. Era el Fiscal Militar y yo contaba con él.
Negué todos los cargos. No había manera de probar que yo había hecho todo eso.Cuando fuimos donde el juez, fue todo una puesta en escena. Cuando traté de decirle al juez lo que me había pasado, me arrastraron, me empujaron ¡enfrente de él! Nadie hizo nada, ni el fiscal ni los abogados, había chicos que apenas podían hablar… al final, me dieron un año de sentencia suspendida.”
Samira estuvo internada en el hospital, donde recuperó su salud física y sicológica y escribió un reporte dando nombres de todos los involucrados, pero hasta ahora no recibe respuesta, sólo excusas : vacaciones, ramadán, exámenes, cualquier excusa es válida para negarle justicia. No ha habido ninguna acción positiva a favor del juzgamiento de los militares involucrados. Nadie quiere investigar la vejación cometida con los exámenes de virginidad, por no mencionar además el maltrato y la tortura. Fue juzgada de una manera totalmente ilegítima: por cargos falsos y por un tribunal militar siendo una civil. Ella exige que los soldados y oficiales confiesen el abuso al que fue sometida y ha recibido llamadas telefónicas y presiones para que no hable. Le han dicho que terminará como Khaled Said.
Cuando acude a los medios de comunicación, le cierran la puerta en la cara por temor a las represalias de los militares. Ha pedido ayuda a Ongs, organizaciones civiles,pero nadie, nadie, quiere ayudarla. Ahora cada uno está asegurando sus intereses en Egipto y casos como el de Samira pueden dañar objetivos personales. No podemos permitir más Khaled Said en Egipto ni en ningún lugar. Podemos ayudar a Samira Ibrahim Mohamed y a todas las mujeres que sufrieron este abuso injusto y doloroso, difundiendo su caso, promoviendo el video, fomentando la reflexión sobre los Derechos Humanos.
“He dejado de asistir a las manifestaciones, pero estamos organizando marchas. Tenemos que levantar a la gente porque la revolución está muriendo. No tengo miedo de la ley, cuando el futuro de la revolución misma está en juego. Cada día, hay revolucionarios muriendo, ellos los están eliminando gente día a día, poniéndolos en prisión… los de la oposición, sólo desean gente que diga ¡Larga vida al Regente!. Si retiro los cargos, lo que me pasó a mi, le puede pasar a cualquier chica en Egipto.Estoy pidiendo al pueblo egipcio que me salve de ellos, que me devuelve mis derechos. Ni los abogados, ni la corte ni la ley podrá hacerlo; ellos no confesarán, no me darán justicia.. sólo el pueblo puede hacerme justicia…Si Dios quiere”
Fuente : Vanessa Rivera de la Fuente.
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