miércoles, 2 de noviembre de 2011

NO TE OLVIDES DE DIOS

Samuel 3:10 Y vino Dios y se paro, y llamo como las otras veces, ¡Samuel, Samuel!  Entonces Samuel dijo: Habla, tu siervo escucha.
 A veces no saber reconocer la voz de Dios es una de las quejas más frecuentes que tenemos. Queremos hacer la voluntad de Dios, anhelamos tener una relación más estrecha con nuestro Creador, pero… ¡cuánto nos cuesta entender cómo Él nos habla, cuándo lo hace, y, sobre todo, qué nos dice!
De hecho, a lo largo de la historia, el gran problema de nosotros los seres humanos en cuanto a nuestra relación con Dios ha sido conocer  ¿cuál es su voluntad particular para nosotros?,  ¿cómo estar seguros de que es Dios quien nos está hablando?,  ¿si nuestro servicio a él le agrada o no?… He escuchado —y yo mismo las he dicho— algunas frases célebres de la juventud, tales como: « ¡si tan solo Dios me hablara!»,  « ¡ si Dios fuera más claro !»,  « si me enviara un ángel», o «yo sé que la Biblia es su palabra y habla por medio de ella, pero… a veces no la entiendo!.
Sabes quiero presentarte a un joven como tú, pero que aprendió a oír la voz de Dios, su nombre es Samuel.
Y Quiero comenzar con la respuesta de Samuel ante el llamado de Dios, Samuel responde: ¡Habla, que tu siervo escucha ! tal vez tú has dicho lo mismo muchas veces, solo que Samuel si lo escucho. Y  ¿Por qué Samuel sí lo escuchó?
Tal vez una de las características más claras de Samuel es que era un Joven que estaba al servicio del Señor, entregado por completo a los intereses del Reino. Era un joven con deseos de estar ahí, muy cerca de la presencia de Dios. Ahora, es tu deseo estar en la presencia de Dios, ó es que cuando mencionan iglesia, célula, oración, servir, devocional, siempre hay otras prioridades para ti, ¡Sabes!  Yo creo que, todavía quedan muchos como Samuel.
Porque solo la persona que busque constantemente cómo agradar a Dios en su vida diaria, tendrá menos dificultades de diferenciar la voz del Señor de aquellas «otras voces»
Samuel era un hombre que amaba a Dios, por eso le servía aunque todavía no había oído su voz.
Pero aquel día Samuel oró como siempre, sirvió como siempre, pero lo que Samuel no sabía era que, ese Dios a quien servía le iba a hablar y él lo iba a escuchar. Tal vez estés esperando a que Dios te hable, mira Dios siempre está hablando, tu problema no es que Dios no te hable sino que tú no escuches.
Toma la determinación de buscarlo más, ya que los que estén más cerca de él serán los que mejor lo escuchen.
Recuerda en los momentos difíciles  DIOS LO PUEDE HACER  el puede cambiar tu realidad. Pero cuando Dios te Bendiga recuerda NO TE OLVIDES DE DIOS
 

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